En tiempos en que el terror a la realidad se retroalimenta y supera a sí mismo a cada instante, la solución a una de las alarmas sociales más preocupantes del momento, el “fantasma de la inseguridad”, no aparecerá como por arte de magia ni mucho menos.
Son los tiempos del reino del consumo y de lo desechable. Se trata de cumplir al pie de la letra las más sagradas reglas de la rentabilidad. Y en este contexto, si se pretende sostener el negocio, es necesario garantizar la “inseguridad” todos los días, usar los medios de comunicación para mantener su sensación térmica elevada. (Una familia de clase media-alta gasta, en concepto de “seguridad”, alrededor de $1.100.- por mes.) Violencia es mentir…
Entonces los exclusivos exclaman: “¡En este mundo ya somos demasiados y no hay lugar para todos!”; “¡Cerquemos todas las villas y los asentamientos para que no salgan a desparramarse entre nosotros…!!”. Las huestes de Micky Vainilla… Xenofobia siglo XXI.
Cabe preguntarse: ¿y los que viven adentro de las villas cercadas o a los pies del muro de la exclusividad de San Isidro, no tienen derecho a la “seguridad”…? No. A los nadies no se les garantiza ni ese ni ningún otro derecho porque en esta sociedad no se los integra, se los selecciona para excluirlos.
Esto no es lo que el art. 16 de la Constitución Nacional y la Convención de los Derechos del Niño garatizan. Mucho menos las humillantes condiciones en que se encuentran detenidos los que fueron elegidos para habitar los Sistemas Penales; y a pesar de ello, se pretende limitar la concesión de las excarcelaciones, todo un dislate.
Dentro de poco tiempo –ya hay quienes lo piensan- siguiendo la sensación y el termómetro de la inseguridad, van a decir que las mujeres morochas embarazadas nacidas fuera de los límites del centro urbano son una amenaza en sí misma, ya que tienen en sus panzas un germen de peligrosidad a sus pertenencias y a sus estilos de vida...: cacerolazos y marchas rubias.
No se trata de chicos delincuentes, se trata de chicos olvidados. Esto no se publica por que no se vende. Marginalidad y abandono colectivo de personas, eso es lo que sucede.
No nos preguntamos acerca de la prevención del delito, de sus causas estructurales. Sino que actuamos sobre las consecuencias, la institución del estigma.
De esta manera es como funciona el sistema de selectividad, se trata de identificar a quienes son autores de un “estado de peligrosidad”, no se condena “actos” o “hechos”, se condena el signo o síntoma de una anormalidad. No importa si se lesiona un interés jurídicamente tutelado, la lente se deposita en las personas desvalorizadas. Si es negro, ya tiene un estado de peligrosidad en sí mismo. Los exclusivos no reprochan “el acto” del negrito, lo que les molesta es la propia existencia del negrito.
Esto parece tratarse de una “cuestión epidémica” que los exclusivos sanos y normales quieren erradicar a cualquier precio. Pero lejos de disminuir la violencia se la reproduce a ritmos inimaginables. Ya tenemos la violencia asimilada. Aunque no quieren ser parte del mundo tumbero penitenciario, se trata del fiel reflejo del afuera. Espejos.
¿Cuál es la función que cumplen las penas en los pabellones para los pobres e inferiores? ¿Cuál es la reparación y reintegración social que el sistema penitenciario desarrolla? ¿Se debe “reparar” algo? ¿En quienes y de que manera? ¿Vamos a dedicarle tiempo a este tipo de cosas? Somos una sociedad clandestina que no quiere hacerse cargo de sus repugnancias y oscuridades. Hipócritas pataleando todo el tiempo. Sociedad madura, se dice. Algunos de nosotros han festejado más el resultado positivo de un laboratorio que el propio gol a los ingleses…
¿Somos capaces de hacer algo que no vamos a ver? Para lograr remediar esta situación, empezando hoy mismo, van a tardar algunas generaciones. ¿Vale la pena invertir tiempo en algo que a nosotros no nos va a tocar disfrutar? Sin dudas no tiene ningún sentido de consumo propio. Las metas trascendentales ya no venden… ahora parece que “política” es la rosca sucia y nada más…
A los barrios de las cacerolas sojeras, si no les cabe la solidaridad con el otro, al menos despiértense, y háganlo por viveza…
Matías Pablo Gualtieri. (AJUS)
Compañero Matías, muy bueno su artículo, demuestra que la Teoría de Darwin es aplicada constantemente en detrimento de los más vulnerables y en beneficios de personajes que cantan canciones de Queens en su cumpleaños, en consecuencia lo foraneo es lo q vale para esta manga de gorilas. Creo aparte de militar casa por casa, es de suma importancia como Abogados Peronistas la publicación de nuestras ideas para poder contrarestar practicas q deben ser desterradas de nuestro país. Diego.
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